viernes, 23 de mayo de 2008

Jóvenes de ida y vuelta

Un país lo forman muchas personas y según la capacidad de esas personas para organizarse de forma efectiva el país será más o menos importante, más o menos capaz.
De entre millones de personas que habitan la península Ibérica, uno de ellos está concentrado en una franja en el norte entre las montañas y el mar. Durante siglos casi aislado por la geografía, en el siglo XXI las nuevas formas de comunicación permiten a muchas personas nuevas formas de entender la vida.
Para un joven ingeniero industrial que va Oxford a hacer un master de automoción deportiva es posible que su primera salida profesional ya no sea en Asturias, pero nunca se sabe, algún día es posible que regrese con una experiencia que comparta con un colectivo que le formó inicialmente.
Iván Fernández Lobo, a quien conozco personalmente por compartir aula con él y por ser un excelente compañero y persona, es un ejemplo que debería servir de estímulo. Con una beca se va a USA, comienza su formación en un área totalmente innovadora de la cual no existe absolutamente nada en Asturias, y después de varios periplos regresa aquí, porque es donde se siente bien, donde se siente querido, y en Mieres más que en ningún otro sitio donde dirige el GameLab de la Universidad de Oviedo.
Una persona que se ha hecho a sí mismo a base de trabajo y esfuerzo cotidiano. Con una gran capacidad, y humildad.
Asturias es y ha sido una gran cantera de personas trabajadoras incansables repartidas por toda la geografía española. Muchas de esas personas han tenido que irse porque aquí no encontraban forma de desarrollarse como querían.
Hace treinta y un años, cuando me fui a Madrid a estudiar había un dicho muy extendido: “De Madrid al cielo”. Hoy día no creo que a nadie se le ocurra decir tal monstruosidad. Las grandes ciudades están llenas de grandeza pero también de miseria. La calidad de vida se entienda como se entienda no deja de ser una ilusión y lo vemos claramente en la masiva huida que tiene lugar en las fechas de vacaciones como puentes, semanas o meses típicos estivales en que millones de personas salen de las ratoneras buscando aire libre, montañas, sol, ríos y playas. Justo lo que tenemos en Asturias.
Así que después de una etapa ya felizmente terminada de plañideras que decían “quien no llora no mama”, etapa ligada al carbón, metal y afines, estamos ante una oportunidad muy distinta. Empresas que aprovechan la gran capacidad formativa y trabajadora de las personas que viven aquí para desarrollar nuevos y mejores productos y servicios exportables a otros muchos países. Una nueva era en que la productividad es la clave. Una persona bien formada con una buena calidad de vida es más productiva.
Hay empresas multinacionales, que a la hora de invertir en Asturias y crear puestos de trabajo con una gran cualificación han estudiado esto. Un lugar donde la persona puede vivir muy cerca de su puesto de trabajo en un lugar bonito, con naturaleza viva disponible para disfrutarla a pocos minutos de su casa y de su puesto de producción. Asturias, “paraíso natural”, con agua abundante, sol también, y ríos y playas, verdes praderas y montañas. Un lugar ideal para trabajar y sentirse bien. Claro está, tiene que haber una buena infraestructura de comunicaciones, carreteras, aeropuertos, etc., fibra óptica hasta “el prao”, etc.
Así que si tenemos el entorno, y tenemos a las personas, esto podría convertirse en el Valle del Silicio español. Todo lleva su tiempo.
Por ahora, el trabajo de muchas personas como Juan Manuel Cueva Lovelle, siempre incansable, desde el mundo universitario, Víctor González Marroquín, “la mirada optimista” desde el IDEPA, el entorno empresarial-político, el antes referido Ivan Fdez. Lobo, Jorge Ruiz desde el mundo de la investigación, y muchísimas personas más que omito nombrar por no aburrir hacen pensar que Asturias será el lugar al que vuelvan algunos de nuestros jóvenes, con una experiencia adquirida que enriquezca este pequeño país bien organizado y dirigido por el eterno joven Tini Areces que sigue transmitiendo la fuerza y el empuje de una nueva Asturias emprendedora.