viernes, 29 de mayo de 2015

España 3.0, un libro lleno de información y pistas para crear "La Nueva España".

Sobre el libro

Hacía tiempo que no leía un libro en español (desde el de mi hijo "Tengo 18 años...") y aunque al principio era un poco escéptico sobre él, me enganchó por la cantidad de información que aporta y porque me ha transmitido un optimismo y una fuerza que ha despertado mi alma pensante.
Yo creo que lo que aporta el libro precisamente es la gran ausencia de un concepto muy desconocido para muchos: el código. No se hace una sola referencia al concepto de "software libre". Por eso mi artículo, aunque reconozco que es un gran trabajo de Javier Santiso y yo simplemente soy un "coder" empedernido que me moriré pronunciando alguna sentencia en algún lenguaje de programación aún por inventar.

"...sin reformas políticas, sociales y económicas, la capacidad emancipadora de la tecnología puede que no sea suficiente y resulte muy limitada".

Tal vez esta sea la frase que más me ha impactado del libro por su crudeza realidad.

La historia

El siglo XXI es el siglo de la información, eso está quedando muy claro desde el principio. Ya se veía venir. Para todos aquellos que hemos tenido la suerte de vivir esta evolución a pie de teclado observamos cómo al principio nos importaba el proceso de los datos simplemente, luego conseguimos la ordenación y almacenamiento.
El siguiente paso fué descentralizar la captura de datos y finalmente, cuando conseguimos la descentralización del proceso de los mismos, eso fue todo un hito.
El siguiente paso era mostrar los datos de una forma agradable. Sintetizarlos y "pintarlos" para que las tomas de decisión fueran más acertadas y rápidas.
En la actualidad la gran industria se centra en tener una ingente cantidad de personas "voluntarias" aportando la materia prima: los datos.
El futuro más corto ya se está centrando en que sean los billones de sensores quienes lo complementen y que la "información basura" sirva de abono al marketing de los que puedan pagarlo.
Más allá posiblemente existirán técnicas aún imposibles que hagan llegar toda esa información "externa" a nuestra red neuronal.

El inicio controlado por los gigantes

Pero aquellos que trabajamos hace más de 30 años en empresas punteras tecnológicas (Xerox, Ethernet) o con equipos de proceso de datos de alta gama (IBM 370 - Univac 9700), sabemos lo que costaba ya no sólo el mantenimiento mensual de aquellas máquinas, sino el software. 
Las cantidades que pagaban las empresas por los sistemas operativos eran enormes y no teníamos acceso a su código.

La revolución de los héroes digitales

Cuando Unix fue diseñado por auténticos héroes como Ritchie, se inició un cambio que es el origen de la explosión de Internet.
Yo no quiero quitar importancia a Berners-Lee pero todos sabíamos que tarde o temprano un protocolo se iba a estandarizar.
Cuando envié mi primer email desde Madrid a Osaka a través de la red que ya tenía Xerox por aquel entonces, a base de aquellos servidores 8000, mis clientes(de una gran compañía) quedaron impresionados de que apenas en 30 segundos tuvieramos la contestación por parte de los japoneses.

El software libre

Así que el verdadero hito que cambia todo y que está revolucionando la economía mundial en estos momentos yo creo que se basa en la aparición de un nuevo concepto revolucionario: el software libre.
Gracias a auténticos revolucionarios tecnológicos como Stallman, Torvalds, Hall("Maddog"),... se inició un camino en el que infinidad de líneas de código estaban al alcance de cualquiera.
Y se creó un auténtico ejército de "creyentes" en esa libertad del conocimiento.
Así es como se desarrolla todo un nuevo mundo que se apodera de la red de redes que nunca habría llegado a ser tan popular si Linux no hubiera permitido crear servidores eficientes, seguros y a bajo coste.
A principios del siglo XXI aparecen nuevas "interfaces" que hacen a Linux muy popular y cada vez más rápìdo y seguro en los servidores de la red de redes.

El SaaS, la nueva corriente de negocio

El software como un servicio (SaaS) hace que empresas como RedHat crezcan espectacularmente y se implanta una nueva forma de hacer las cosas.
Cientos de miles de desarrolladores por todo el planeta trabajan conjuntamente en "comunidades" totalmente organizadas y documentadas sin necesidad de jerarquías clásicas, embarcados en una ilusión común.
Esta forma de compartir conocimiento e ilusión al margen de diferencias sociales, religiosas, raciales o políticas, transforma el mundo, de forma que se origina un gran trasbase de conocimiento de países tecnológicamente muy ricos como USA, Alemania, Inglaterra, Canadá, Japón,... a países con muy pocos recursos tecnológicos entonces, como Brasil, China,...
El uso del software libre, o también del "open source" (hay alguna diferencia) se extiende a todo lo que tiene que ver con el mundo de Internet.
Así, algunos nórdicos como Linus Torvalds a principios de los 90 escribiendo el "kernel" de Linux, o el gran Rasmus Lerdorf diseñando en el 94 PHP(el lenguaje de programación más usado en Internet), o todos aquellos que contribuyeron a Apache, MySQL,... hicieron posible el milagro de la popularización de Internet.

Nuevas formas de crear y compartir conocimiento

Años 90 mágicos que impusieron un nuevo estilo de crear conocimiento y compartirlo. La tecnología al servicio del ser humano.
De ahí las siglas LAMP (Linux, Apache, MySql, PHP) que cambiaron el mundo, sin olvidarnos de la importancia de HTML, CSS y Javascript, claro. Otras herramientas y lenguajes como Python surgieron entonces y se fueron afianzando.
A partir del 2000 nadie ya pensaba en desarrollar código privativo. Era mucho más interesante tener el código abierto a miles de desarrolladores y usuarios que lo harían más conocido, más eficiente, mejor documentado, más universal.
Y todas las grandes herramientas nuevas aumentaron considerablemente la productividad. Entornos de programación brillantes como Django, RubyOnRails y NodeJS permitieron en el principio del siglo XXI a grupos de aventureros tecnológicos producir soluciones complejas con muy pocas lineas de código y aprovecharse del esfuerzo de miles de desarrolladores que en los veinte años anteriores crearon esa base tecnológicas.
En la actualidad herramientas "open source" como Pentaho, MongoDB,... pueden ser usadas por una startup, lo mismo que una gran compañía. Igualdad de condiciones. La principal herramienta, el software de desarrollo, al alcance de todos. La otra parte, el almacenamiento de datos, sin problemas, a costes ínfimos. El transporte de los datos, sin problemas, desde el "cloud" disponible para cualquiera a costes ínfimos.
La otra principal herramienta, la más cara, la más escasa: el talento.
Es la hora de las oportunidades.

El futuro está escrito en líneas de código

Ya lo decía Rasmus Lerdord en la última visita que yo conozco a España en el 2010: "El futuro está escrito en líneas de código"(http://lmcuende.blogspot.com.es/2010/04/el-futuro-esta-escrito-en-lineas-de.html.Aquel día tuve el privilegio de seguir un taller inolvidable de aquel genio que a continuación me repitió mi hijo, que con 13 años yo creo que era el único en la sala capaz de repetirlo (entonces descubrí el genio que mi hijo lleva dentro).

¿Qué pasó en España?

En el 77 decidí incorporarme a la flamante (aún en obras) Facultad de Informática, en la Politécnica de Madrid, en Vallecas. El "gran" Santesmases (jefe de un primo mío) había dicho que el prototipo de nuevo informático español debía ser un enciclopedista que supiera de todo.
Sí, Análisis Infinitesimal, Algebra Lineal, Dibujo Técnico (a lápiz), Química Inorgánica (por lo del Silicio en las ferritas).
Yo ya sabía programar en Ensamblador y Fortran. Venía con Sobresalientes en Matemáticas del Bachillerato. "No problem".
Seis horas de clase al día más otras cuatro de estudio en aquel bajo con barrotres de la Colonia Sandi y al final, yo que era una apasionado del código, aguanté el curso, pero no pude más. El código me llamaba. por aquel entonces recuerdo que casi todos los libros de computación en español venían de universidades americanas (México, Argentina, Chile, USA).
Pasaron unos cuantos años hasta que los "eruditos" se dieron cuenta que había que "especializar" un poco más la computación y se crearon las Escuelas de Ingeniería con "algo" más de computación.
Entonces decidí reengancharme, esta vez en Oviedo. En ese momento se vivía un momento "dulce" porque muchos profesores habían apostado ya en España por el software libre y ya teníamos los servidores con Linux.
La Politécnica de Madrid incluso lanzó una "distro". Pero la sombra del gran poder del software privativo apagó el posible esplendor del código en la España de los 90. Microsoft hizo una campaña espectacular en todas las universidades y además de proporcionarnos los CDs con la licencia de .net a todos los universitarios, se encargó de convencer a catedráticos y profesores para que se "anulase" ese interés por el software libre.
Ese fue un parón que dejó a España al margen de la carrera del código, con un desfase que aún no ha sido capaz de recuperar.
Mientras en la vida real en California, TelAvid, Rio, ... se utilizan lenguajes de última generación y nuevas herramientas cada vez más productivas, en España se sigue pidiendo profesionales en Java, Cobol(sobre todo la Banca), etc.
Y ya prefiero no hablar de las dificultades burocráticas. He presenciado cómo mi hijo con 16 años creaba una startup en Londres en menos de una hora con 50 €. Y también fuí testigo de cómo con 15 creó una sociedad limitada en España después de tres meses de papeleo, notarios y tasas imposibles, además de dejar en ello todos sus ahorros. Ah! Y por cierto, la administración española creía que yo era el administrador para evadir impuestos y blanquear capitales.

La carrera del código

Hemos perdido la carrera del código. Mientras en Corea los niños aprenden a programar, en España se les enseña "PowerPoint" y ni siquiera saben diferenciar entre el software libre y el privativo y no saben apenas usar las supercomputadoras que ahora son nuestros dispositivos nada más que para consumir aplicaciones banales como posesos.
Mientras Obama insta a todos los niños a aprender a programar, el presidente español sigue cual pollo sin cabeza dando tumbos y elevando la religión a asignatura importante, de nuevo.
Yo mismo, ahora embarcado en un proyecto muy ambicioso en una gran compañía, exploro a veces la posibilidad de hacer algún curso en España y al final siempre acabo con alguno de una universidad americana o simplemente comprando el libro en Amazon con mi cuenta americana, porque algunos ni siquiera están a la venta en España o llegan con retraso de muchos meses.

Va por tí, Javier

Así que, Javier, esto va por tí, por si te interesa mi experiencia. España tiene que resetearse, estoy de acuerdo contigo en que hay que cambiar muchas cosas, una de ellas la educación, pero en la carrera de la tecnología del código abierto vamos muy mal, tanto que no he visto ninguna clasificación en tu libro. Y si el futuro está escrito en líneas de código, y parece que los datos así lo confirman, mucho tendremos que resetearnos.
Los chicos españoles que comentas que ganaron en la Campus Party Europe de Londres, en la que yo estaba, y en la quie mi hijo era embajador de Fiware no eran ingenieros, tenían la ventaja de no haber pasado aún por la universidad española y por eso utilizaban lenguajes y técnicas muy nuevas y productivas que les permitieron hacer maravillas en un tiempo record. Y tal vez ninguno de ellos estudie en ninguna universidad española por las primeras experiencias negativas que alguno ya ha tenido.

Resumiendo

Resumiendo, el gran milagro de la nueva economía "digital" y de los milagros de Nasdaq se basan principalmente en que las grandes corporaciones(como antes "The Big Blue") ya no controlan el software; está a disposición de todos (sin olvidar el desarrollo de la nanotecnología).
El haber compartido todos esos miles de millones de líneas de código han permitido a los países "inteligentes" y despiertos utilizar una tecnología puntera a un coste mínimo.
Si echas un vistazo a las clasificaciones del "Google Code Jam" te darás cuenta de qué paises son los "enganchados" a mi slogan preferido y una vez más repetido "El futuro está escrito en líneas de código".
Más "hackathons" y menos "botellons". Me gustaría ver a los ayuntamientos, a las empresas, programar hackathons para los más jóvenes y premiarles como se merecen. La carrera hace tiempo que ha comenzado, pero tengo la impresión de que aún no hemos escuchado el pistoletazo de salida.