Qué duda cabe que este país está cambiando tanto que no lo conoce ni la madre que lo parió. Podemos pensar que entre todos, unos muchísimo más que otros, lo hemos modernizado hasta tal punto que ya comenzamos a ver ministras, y muy eficientes y activas por cierto, independientemente de su edad o estado (embarazadas o no), o alcaldesas hiperactivas y omnipresentes, directoras generales de empresas multinacionales, etc. Y esto es sólo el principio. En otros tantos años de gobierno socialista creceremos en igualdad tanto que estoy seguro que España será el punto de referencia mundial de las mujeres. A los carcas del PP esto les parece algo sin importancia, ahora parece que se han obsesionado con la economía (yo personalmente prefiero que lo hayan cambiado por la cantinela del terrorismo).
Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Te das cuenta cada día, en contacto con la gente, de forma cotidiana.
Hace unos días iba yo paseando por la campiña asturiana con mis perros y un grupo de señoras en su paseo habitual se pararon a admirarlos. Entre los comentarios surgidos en la conversación hubo uno que me alarmó especialmente. Una de las señoras llevaba la chaqueta al revés y las ropas de todas, como las mías pues eran las típicas que te pones para andar por el campo, generalmente la ropa que te va quedando vieja y gastada. Y de repente una de ellas, refiriéndose a la que llevaba la chaqueta al revés exclamó: "Ahí donde la ve, ¡es la mujer de un médico!". Esta frase me quedó grabada hasta tal punto que aún suena en mi mente como un mazazo de la realidad sobre la esperanza del cambio. Parece ser que tener una profesión de lo más normal (hay millones de médicos en el mundo) es algo especial, esto por un lado. Pero por otro lo que más me dolió es la justificación de algo tan simpático y distraído como llevar una chaqueta al revés a cargo de que esa señora era la mujer de alguien respetable. Podía haberme dicho que era una artista muy famosa, o una docente muy querida y admirada, o una carpintera extraordinaria, una abnegada ama de casa o quién sabe qué, pero parece ser que el principal mérito de esa mujer era el "pertenecer" a un hombre que se gana la vida practicando la medicina, que por cierto es un trabajo tan respetable como unos cuantos miles de trabajos más. Lo peor es que la señora que espetó la frase es posible que tenga una o más hijas, y que las haya educado para que su principal objetivo en la vida sea ser la mujer de. Y lo peor de todo es si ha tenido hijos y los ha educado para que se crean con derechos a tener una mujer "en propiedad".
Al día siguiente cambié mi recorrido y al llegar a un cruce de caminos rurales emergió repentinamente de un coche un individuo encolerizado gritándole a su mujer todo tipo de improperios para que no cometiese los errores que parece ser había cometido el día anterior con la distribución del rebaño de vacas que les seguían al llegar al prado. Esto me recordó que aún existen muchos miles de mujeres que siguen aguantando a sus "monstruos" maltratadores física y/o mentalmente porque sencillamente dependen económicamente de ellos en muchos casos y lo peor de todo, porque de tanto escucharlo acaban creyéndose que de verdad son "una mierda".
Al día siguiente ya no fui de paseo. Cogí el teléfono y hablé con una de mis chicas. Ella representa ese futuro esperanzador. Su forma de entender la vida, su seguridad, su testimonio cotidiano y sobre todo su independencia, a pesar de estar casada. Ella representa la realidad de una generación fruto del esfuerzo de millones de personas que hemos luchado con nuestras vivencias cotidianas para conseguir que una persona, independientemente de su sexo, su origen, su religión, su color de piel o lo que sea, pueda llegar a donde quiera si se lo propone, gracias sólo a su valía y esfuerzo. Y en este proceso ha tenido mucho que ver y lo sigue teniendo una idea socialista que ha hecho posible que unas leyes y una educación faciliten el cambio.
Por eso, cuando el señor Rajoy quiere una niña que sea así o asá, yo le digo orgulloso: señor Rajoy, con sus respetos, yo quiero una niña que pueda decidir por ella misma y que sea libre, y ya la tengo, y por duplicado, y como yo, millones de personas. No nos deshaga el camino andado. Ni se lo plantee. España no es Italia, ni Alemania, ni Francia. El nuevo socialismo del siglo XXI ya tiene epicentro y ese es el nuestro. España gana porque somos jóvenes y trabajamos en equipo. Y la eurocopa también es nuestra porque nuestro nuevo modelo rompe moldes hasta en el fútbol.
Adelante chicas y chicos. Con vosotros, este país será la envidia de muchos. Pero tened cuidado, no os dejéis convencer con cuentos electoralistas. Vosotros no necesitáis un pastor que os dirija. Vosotros contratáis a los pastores y si no cumplen con su trabajo los despedís. Ese es el auténtico cambio.
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