sábado, 24 de octubre de 2009

Sietes, en manos de los expertos de la mentira


Cuando llegué a Sietes, el pasado sábado día 17 me encontré una aldea preciosa, sencilla y al mismo tiempo espectacular. Rodeada de mil colores verdes intensos y por techo un color azul limpio, inmaculado. En lo alto de la colina todo era paz y armonía...hasta que llegaron los camiones con sus grúas y pintores a destrozarlo todo: el silencio, la armonía y hasta los colores. Se empeñaron en pintar una preciosa casa vieja de piedra de color amarillo intenso, pero todo, ventanas, puertas y hasta las pobres arañucas huían ya de amarillo.  Otra, la de la foto, de un verde pistacho muy llamativo. El ruido de los motores era ensordecedor y la sidra que posaba en una mesa de enfrente, en la terraza del Bar Prida se estremeció y perdió su alegría.
Los lugareños andaban confundidos, sin entender muy bien si aquello era bueno o malo, en un intento más por simplificar la vida en lo cotidiano. No comprendían, posiblemente que quienes habían pensado en su aldea no son de mente tan limpia y sencilla. Tienen una red neuronal impregnada por un sistema muy eficaz de hacer dinero de la nada. Unos colores, una ventana, unos hologramas, una caja de cartón y todo un mundo de marketing al servicio de la mayor mentira del siglo XX que quieren perpetuar en el siglo XXI. Pero me temo que la información y la experiencia de millones de usuarios de sistemas informáticos personales ya tienen algo que decir... y hacer.
Lo he visto ayer en una gran superficie. Windows 7 , 199 €. Pero nadie preguntaba por él. Estaba solito. En tiempos de crisis y con la experiencia del Windows Vista, ¿quién es el majo que se atreve? ¿y a quién le sobran 200 €?
Yo, que ya me he liberado de la mentira del marketing, en mi afán de colaborar con la gente de Softastur, a quienes admiro por su alegría y forma de entender la vida, participé con ellos durante unas pocas horas en la experiencia de http://www.sietesunpuebludespertos.com/ pensada y llevada a cabo por activistas del software llibre.

Y como se fastidió la cámara me tuve que ir antes de que llegase otra así que me tomé la libertad de autograbar mi humilde spot que está colgado en la web de la comunidad de Asturix. Una pequeña travesura de un cincuentón que ruego a los entrañables paisanos y paisanas de Sietes me disculpen.
Y desde mi humilde condición de ciudadano asturiano pediría al Gobierno del Principau que metiese una partida en el presupuesto para el año que viene para quitar la pintura de las casas y de las cuadras de Sietes. Lavarle la cara al pueblo. Y proponerle como pueblo ejemplar por la enorme humillación que ha sufrido en nombre del pueblo asturiano. A la que me pareció la presidenta de la filial en España le oí decir en público por la tele, creo que en Villaviciosa algo así como que Windows 7 era tan fácil que hasta los lugareños podían trabajar con él. A mí personalmente me sonó a insulto y desprecio. Quizás sea porque mi opinión nunca va ser objetiva, aún siento el desgarro emocional de ver a Bill Gates premiado por la respetable Fundación Príncipe de Asturias.