lunes, 19 de noviembre de 2007

Moreda de Aller, Asturias, ESPAÑA



No hubo quema de banderas, sino todo lo contrario, lucieron todas al sol. Se buscó un equilibrio y se consiguió, véase la foto. Hubo una lección de saber estar, de madurez, de pueblo ejemplar. Se agradó tanto a los príncipes como a todos aquellos que los acompañaban. Había alguna pancarta de protesta por el tendido eléctrico amenazante pero discreta. También sobre la pasarela necesaria, pero sin pasarse. La repercusión en los medios nacionales fue discreta. Ese día algunos fotógrafos se fueron con las manos vacías. Sólo fotos de los príncipes con el pueblo, en armonía. El pueblo sereno los considera unas personas más, con un papel un poco especial en la sociedad (para suerte o desgracia de ellos), pero al fin son un hombre y una mujer con muchos problemas comunes a todos y algunos que yo no desearía tener.
El día fue espléndido, la gente disfrutamos del encuentro y una vez más se demostró que el pueblo, nosotros, todos somos el gran activo de esta gran nación que es España y que en actos como este demostramos nuestra madurez ante el mundo y nuestra especial grandeza.
Aunque en este pueblo de todos, hay españolitos que quieren dejar en herencia a sus hijos sus privilegios de cuarenta años y para ellos fue un día horrible. Habrían pagado cualquier cosa por que se hubiera quemado una sola bandera. Pero no les dejamos. Les hemos ahuyentado. Ni siquiera estaban camuflados entre las personalidades. Están acorralados. Algunos ya no saben qué hacer, muchas veces el ridículo más espantoso por cierto, para llamar la atención, aunque sólo sea con fines mediocres como vender un libro que algún esbirro le habrá escrito entre copa y copa. Pero cuando son elegidos les respetamos por lo que representan, eso es algo que marca mucho la diferencia.


Este domingo, fiesta de nuevo en Moreda, la de los Humanitarios. Montera picona, fabes y panchón, en armonía. Pero eso no quiere decir que no nos gustan unas buenas migas, o un mojo picón, una paella, una butifarra, unas vieriras,… y muchos otros platos de nuestra geogafría. Si cuando estás lejos de Asturias oyes tocar una gaita y se te pone la piel de gallina, es que eres asturiano, aunque hayas nacido en Córdoba. Eso no lo entienden muchos vascos para los que el mestizaje es todo lo contrario de un orgullo. En Asturias somos así. Damos lecciones gratis, aunque luego la prensa tradicional haga de hechos personales aislados mensajes tan contundentes como “la trama asturiana” que tanto nos perjudican. Aunque hoy ya no seamos noticia, disfrutamos a lo grande: ¡Que viva San Martín, que ye nuestru patrón!

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