domingo, 23 de marzo de 2008

El superalcalde, ¿sigue vivo?


Desde una apariencia visible con boina, produciendo sonidos u olores ( a veces etílicos) o desplazando objetos e incluso personas (véase el caso Mortera, desplazado del PSOE al PP), se manifiesta entre los vivos de forma perceptible (sobre todo por los “mercaos”) principalmente en lugares que frecuentaba en vida (por eso no se le siente en la sala de plenos). Porque, quizá un fantasma pueda seguir siendo alcalde, y por la lógica matemática, si una ciudad tiene un alcalde fantasma, ¿es una ciudad fantasma?
Ya está, ya tenemos la solución al turismo de Oviedo. Reclamo como este jamás lo encontraremos, ni catedral, ni sudario, ni prerrománico,…Una vieja ciudad fantasma llena de mugre en sus vetustas piedras, telarañas colgando del ayuntamiento, la niebla que baja del Naranco y lo enmascara todo en un ambiente terrorífico, con una luz fantasmagórica de farolas retorcidas de hierro entre las ventanas de donde salen gritos de desesperación de miles de ciudadanos presos de su propio presente, pagando una pena de por vida por haberse equivocado con aquel papel que metieron por la rajita aquel triste día, creyendo una vez más en los mismos cánticos celestiales repetidos cada cuatro años con casi la misma letra y desde luego la misma música del mismo músico, que hasta desafinaba, pero “se lo pasamos porque en su rareza estriba su grandeza”.
Y los turistas podrán acercarse al ayuntamiento y ver representaciones de los esbirros del fantasma, unos con un lápiz en una mano y en la otra un puñal ensangrentado, y al jorobado sentado en la tribuna exculpando al anfitrión por haberse ausentado.
Dicen las “malas lenguas” que si no será todo esto un montaje para sacar más dinero para arreglar lo de Villa Magdalena y otros palacetes con similares incidentes. Como al alcalde parece que ya no le quedan más recursos, lo de Oviedo, “ciudad fantasma” puede ser una buena fuente de ingresos. Querían que fuese “Oviedo, ciudad encantada”, pero Cuenca ya lo tenía registrado y además nos echamos encima miles de ciudadanos que de “encantados”, nada de nada. Y lo de ciudad fantasma como en Pripyat (Ghost Town) ya no queda nadie, no nos ponen pegas al nombre.
Porque los de las “malas lenguas” dicen también que si el alcalde está en ese estado comentado, sus cuentas bancarias, ¿también serán propias de la imaginación?, porque nadie las conoce, o bueno, unos pocos quizás sí, pero se han llevado también el secreto a la tumba (no la de ellos, que viven muy felices). Tampoco se han visto nunca escrituras. Dicen que como los fantasmas andan por donde quieren no necesitan propiedades. Estoy percibiendo en mi espalda una corriente de aire frío y se me ha puesto la carne de gallina, creo que mejor lo dejo…

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