“Sin mí tú no eres nada”

Bonao es una ciudad situada en el valle más fértil de la República Dominicana y considerado el quinto valle más hermoso del mundo. Situada en el centro mismo es la capital de la provincia Monseñor Nouel. La hospitalidad de sus gentes, las exuberantes montañas que rodean la ciudad, la abundancia y verdor de su vegetación, la frescura de sus aguas, … La villa de las hortensias goza de un buen clima, una buena tierra, cálido sol, ríos y arroyos cristalinos, poblada por mujeres hermosas, laboriosas con la visión puesta hacia el futuro y hombres trabajadores.

Durante todo el mes de Febrero y parte de marzo esta región del Cibao Central se entrega con alegría y gran entusiasmo a la celebración de su carnaval, una fiesta que cada domingo congrega a sus habitantes y turistas en torno al parque Duarte y sus calles aledañas (ver foto).
Allí nació María Francisca Sosa Taveras hace treinta y ocho años. Hace cuatro vino a España “en busca del futuro”. “Llegué por la puerta grande pero luego se pone pequeña”. “Cuando uno sale de su país, sale con una meta. Si todo el mundo trabaja, ¿por qué yo no lo puedo hacer?”.
Tiene tres hijos de 18, 16 y 3 años, este lo tuvo en España. “Yo no pienso en mí, yo pienso en los míos”.
Está sola. “Tenía pareja acá pero ahora estoy sola”. “Si tengo una persona a mi lado es para que ayude, no que viva como un turista”. “Toda la vida he estado trabajando y ahora no quiero ser un maniquí”.
María Francisca trabajaba para unos señores que se portaban muy bien con ella. Desde que llegó a España, con humildad, ella siempre fue pasando por puertas que nunca le cerraban
Un día María Francisca tuvo un ataque de coraje, quizás porque su pareja le dijo: “Sin mí tú no eres nada” y decidió demostrar que es mucho, tanto como haga falta para que los suyos salgan adelante. Así que decidió ser una mujer emprendedora y va a abrir un bar en Infiesto. Sabe de la dificultad de su empresa. “Mis intenciones es que todo lo que estoy haciendo lo hago con cariño, con mucho esfuerzo e ilusión, con la esperanza de que todo salga bien”.
María Francisca está sentada al lado de un viejo (en el sentido más cariñoso) compañero de UPTA, José Manuel “El artesano”. Se encuentra a gusto. Le escuchan. Le gusta compartir sus sentimientos e ilusiones. José Manuel , con todo el cariño le va indicando los documentos que le faltan y dónde debe ir a buscarlos. José Manuel es secretario ejecutivo de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos y es esta organización (UPTA), la federación de autónomos de la UGT la que se encarga de analizar el Plan de Viabilidad de aquellas personas que vienen de otros países y quieren ser autónomos/as, es decir, emprender una actividad profesional por su cuenta. “En la unión está la fuerza”, eso es lo que piensa y dice María Francisca sobre nuestra Organización. Una visión clara y rotunda que ya deberíamos tener asentada más de tres millones de autónomos/as que trabajamos en España.

Ella es mujer, inmigrante y su piel muy morena. En nuestro país hemos fabricado demasiados monstruos cobardes capaces de agredir en todos los sentidos posibles a personas con al menos una de esas circunstancias. Ella goza de todos mis respetos por todo ello y sobre todo por su coraje y porque es una persona trabajadora, luchadora y de buena voluntad. Para los monstruos (sean simples macarras o letrados),mi más intenso desprecio.
De todas las personas que vienen de otros países a trabajar y deciden hacerlo por cuenta propia, en la Oficina de UPTA me comentan que el 80% aproximadamente son mujeres. Algunas de ellas vienen de países que se encuentran socialmente como España hace años, donde la mujer era lo que el marido permitía que fuese. Gracias a la Ley de Igualdad o la de Violencia de Género y algunas otras leyes y disposiciones complementarias, la mujer en España comienza a ser una persona con garantías legales; hagamos todos los ciudadanos que lo sea también con garantías sociales. “Sin mí tú no eres nada” es una frase con muchas versiones como “¿Qué vas a hacer sin mi sueldo?”, “¿Dónde vas a ir tú sola, ignorante de la vida?”, “¿Quién te va a querer según como estás?”, etc. Agresiones verbales y psicológicas que acaban demasiadas veces en tragedias de las que somos todos responsables.