domingo, 27 de abril de 2008

La Nueva Asturias y la isla de Oviedo

Hay una flamante Asturias que emerge con enorme fuerza de la nada y nadie sabe muy bien decirme a quién se debe este fenómeno.
Hace años se vislumbraba un horizonte en el que para estar presente ya no era necesario de hablar de cosas tangibles. La sociedad-red potenciaba el intercambio de información sin límites. Muchas instituciones y personas no veían nada más que peligros en este fenómeno, así que desde ciertos entornos como el de la Iglesia por ejemplo y otros aún más conservadores se desaconsejó sin descanso su uso. En algunos colegios se vetó su uso incluso en las actividades extraescolares durante años hasta que la evidencia se impuso. Todavía recuerdo mi última intervención(hace dos años) en un colegio cuando me dirigí a los alumnos de seis clases de bachillerato y pregunté quién sabía lo que era un dominio (muy pocos lo sabían), o qué eran los marcos de una web (uno lo supo de entre doscientos) o qué era CSS (Hojas de estilo en cascada) y nadie lo sabía. Aquellos alumnos se iban a incorporar muchos de ellos la Universidad, algunos a estudiar Ingeniería Informática y no sabían cosas tan básicas como qué era un dominio o qué era el w3C. Total, analfabetos potenciales que se iban a incorporar a un mundo lleno de posibilidades en el que tan sólo sabían “chatear” y pocas cosas más.
El verdadero potencial de la red está en crear, desarrollar para que millones de personas usen tus creaciones. Hay grandes multinacionales totalmente desconcertadas ante la nueva sociedad-red y las nuevas oportunidades de negocio. La misma Microsoft anda perdida con los grandes negocios etéreos de Google, Yahoo (ya no le sirve aquello de extender cheques) y otros, como el software libre, y otros fenómenos de participación multitudinaria donde se crean plataformas a partir de la aportación de miles de personas en torno a fundaciones que le dan la oficialidad a la iniciativa.
Así, hace años una serie de personas en Asturias se empeñaron en poner fibra óptica, subvencionar ordenadores y equipamiento informático, montar viveros de empresas en torno a las nuevas tecnologías (ej. “Incubatic”) y empezamos a oír la coletilla “tic” más que nunca, como CTIC, PIATIC, etc. Algunos ayuntamientos como Gijón (de los referentes en España), Langreo, Avilés, Mieres,… se sumaron a las iniciativas autonómicas y se creó una red de centros S.A.T. (Servicios Avanzados de Tecnologías) por todo Asturias (Avilés –“La Curtidora”-, Gijón –“Cristasa”-, Llanera –“Parque Tecnológico”-, La Felguera –“Valnalón-“, Mieres –“Centro de empresas del Caudal”-, Cangas del Nancea –“Centro de empresas de Obanca”-, Tineo –“Pol.Ind. La Curiscada”-, Llanes –“Centro de empresas municipal”-, El Franco –“Centro de empresas de Novales”-.
Mientras, en Oviedo la política se ha basado en colocar farolas y echar hormigón casi exclusivamente, dando la espalda a una oportunidad de negocio que atraía incluso multinacionales, empresas nacionales y otras regionales que apuestan por las nuevas tecnologías. La última oportunidad la perdimos en las elecciones. El PSOE apostaba por la ubicación entre La Florida y Las Campas de una pequeña ciudad empresarial tecnológica que pronto el alcalde con sus esbirros de barrio se encargaron de criticar por los “camiones que iban a provocar enormes problemas a los vecinos”. ¡Cuánta ignorancia y mala leche! (con perdón de la leche). Pero podían copiar los proyectos de la oposición, o cambiarlos de sitio, por ejemplo en Ciudad Naranco, etc. Pero no, ahora ya sólo nos queda la huida hacia no sé dónde, ojala fuese hacia delante, pero yo creo que vamos directamente hacia el agujero.
El pasado día 18 de abril asistí a un encuentro en un hotel sobre “Negocios Innovadores en Internet”. Quedé impresionado al ver la frescura, ilusión, imaginación, conocimientos y ganas de triunfar de algunos y algunas jóvenes así como la madurez que demostraban. Muchos de ellos no se quejaban en ningún momento, es más alabaron públicamente los portales del principado y la información que dan a las subvenciones. Subvenciones para crear, para trabajar, exportar, para ilusionar. Hemos dejado atrás las subvenciones para subsistir, para mantener vicios y provocar la producción de vagos en cadena cuya única aportación positiva a la sociedad es la de mantener a las familias que viven de los chigres.
En una reunión multitudinaria de gente de la calle hace unos días decía con triste resignación una señora de Oviedo: “Ayer mi hijo cumplió 25 años, y no ha conocido otra cosa. Toda su historia en esta ciudad en estos últimos años gira en la atonía y el estancamiento liderado por un alcalde desgastado y entregado a unas circunstancias que todos conocemos y padecemos.”
La isla de Oviedo. Todo un hecho ratificado por incluso pérdidas de oportunidades de multitud de subvenciones y ayudas al desarrollo tecnológico perdidas por el estúpido orgullo de personas que se creen los amos de este pequeño mundo que se han creado de cuya existencia seguimos siendo únicos responsables los ciudadanos de Oviedo, que seguimos alimentando de forma democrática una autarquía. ¿A que parece una estupidez? Cada uno que piense lo que quiera. Mi opinión es tan libre porque no cobro de nadie.

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