sábado, 4 de febrero de 2012

Los perritos de las ciudades ¿evolución o involución?


Los líderes
Es curioso observar cómo son tan necesarias esas figuras y al mismo tiempo qué daño pueden ocasionar a un colectivo entregado en cuerpo y alma a decisiones que no siempre son las más favorables para ellos. Durante años he intentado entender por qué un partido político con ideas colectivas no podía tener un liderazgo colectivo hasta que por fin me di de baja como afiliado y descansé al comprobar que el propio colectivo no quería liderar, necesita a alguien en quien personificar el triunfo, el fracaso y todos los demás hitos asociados. Viví el 15M con intensidad desde el principio y cuando alguien dijo en Girona en el Foro Impulsa “Se trata de una demostración de la inteligencia colectiva” me sentí halagado y más identificado que nunca, pero a medida que pasa el tiempo y el movimiento se extiende por todo el mundo, se organiza y fortalece en la sombra me doy cuenta de que el principal colectivo quizás no sea tan inteligente como para razonar que el cambio pasa por que el colectivo sea el líder de los cambios, es decir, generar un paso más en la evolución del ser humano, algo demasiado atrevido por el momento, pero no descartable en un futuro próximo.
Los perritos de las praderas
Así esta introducción me lleva a una de mis primeras conclusiones: los humanos somos muy parecidos a ciertos animales. En realidad no hemos evolucionado tanto como creemos. Si tomamos como ejemplo una especie que nos puede parecer tan insignificante como los perritos de las praderas (Cynomys ludovicianus) observamos que estos roedores tienen un comportamiento prácticamente idéntico al nuestro. Lo cierto es que
  • utilizan un sofisticado sistema de comunicación vocal (nuestros idiomas ¿no lo son?)
  • tienen muy desarrolladas sus capacidades cognitivas (algunos humanos se escapan a esta similitud),
  • hay dudas sobre si la llamada de alarma ante un depredador (los “mercados” por ejemplo) que utilizan es altruista o egoísta en el sentido de si la utilizan para ayudar a que los demás se protejan a sí mismos o tienen el propósito de causar confusión y pánico en los grupos y hacer que estos sean visibles también al depredador (muy similar al lenguaje utilizado por las agencias de calificación de riesgos).
  • La expresión corporal más notoria de un perrito de las praderas es en la llamada territorial, lo que algunos han denominado el “jump-yip”, en posición totalmente vertical estira sus patas delanteras en el aire y hace que los demás hagan lo mismo (sin comentarios).
Liderar: la batalla por el poder
Se agrupan de forma territorial (países, comunidades, ciudades,...) y se defienden todos juntos cuando aparece un intruso. Generalmente los atacantes son jóvenes de otros grupos que han alcanzado la madurez ( en los humanos a veces estos “jóvenes” alcanzan su madurez a los 50, 60 o más) y que quieren integrarse en nuevas familias (senado, congreso,...) por llamarlo de alguna manera y pretenden en el momento oportuno liderar esta nueva familia (portavoces, ministros,...). Es curioso cómo actúan en grupo para escoger el líder.
Una semana antes de la decisiva confrontación el candidato comienza su “campaña” (campañas electorales, primarias, …) por la conquista del poder con el grupo que quiere ganar. Esto requiere diplomacia, tacto, inteligencia y perseverancia.
La táctica consiste en permanecer el mayor tiempo dentro del grupo cortejado, ser discretos y no mostrar temor. Tratan de actuar como si fueran parte del grupo. Intentan hacer muchos amigos (algunos como Berlusconi incluso los compran...), tratan de seducir a las hembras “solteras” (estoy hablando de los perritos de las praderas por si alguien me sugiere este comentario machista),...
Cuando el aspirante ya siente la receptividad del grupo comienza a desafiar al líder a la lucha. Si lo vence ya es aceptado y reconocido como nuevo líder para todo el grupo.
Del análisis de estas experiencias podemos identificar una serie de cualidades que debe tener un líder:
  • capacidad de ganar concursos (elecciones)
  • buenas habilidades de comunicación (si no, hay agencias de publicidad caras pero excelentes)
  • capacidad de mando para mantener la cohesión 
  • capacidad de identificar amenazas, riesgos y oportunidades
El grupo seguirá al líder porque creerá que éste les va a garantizar su seguridad con las decisiones que tome. Y esto garantiza la continuidad de las especies.

Mi particular conclusión
Cada uno que saque su conclusión. Yo prefiero pensar que ante la creciente escasez de auténticos líderes el ser humano va a ser capaz de evolucionar hacia un estadio en que se instrumentarán métodos más avanzados en que las decisiones las tomemos todos de acuerdo con unos parámetros de seguridad que no originen catástrofes como las actuales, basadas casi siempre en decisiones de monigotes puestos a la cabeza de nuestros grupos que obedecen fielmente las ordenes de nuestros depredadores más peligrosos (los grupos de seres humanos ambiciosos y sin escrúpulos que están originando con su poder la desesperación y el abandono de los más débiles).
Los perritos de las ciudades se mueven por madrigueras pero sus depredadores vuelan en jets. El espacio es más difícil de controlar. Las madrigueras, por complejos que sean los entramados siempre tienen unos orificios que se pueden cerrar.

No hay comentarios: