domingo, 31 de diciembre de 2006

¿FELIZ AÑO?



Desear lo mejor para todo el mundo es fácil. Unas palabras y quedas bien. Una costumbre social, a veces cargada de cinismo como tantas otras. La felicidad de todos es imposible, y dentro del espacio comprendido entre 365 días habrá felicidad, amargura, rabia, suerte, tragedias, comunicación, aislamiento, recelos, desprecios, elogios y muchas cosas más. Un año puede pasar muy rápido o hacerse interminable.
En la calle, miles de ciudadanos nos desplazamos por calles engalanadas con luces y adornos, y muchos ridículos muñecos de no sé donde por las fachadas. Se impone el consumo y el derroche. ¡Cuántas cosas se compran innecesarias! Regalar es fácil. Comprender difícil, entender a veces imposible, respetar: una obligación legal, querer: a veces supone un esfuerzo, un sacrificio, y eso no nos gusta. Todos apelotonados por las calles, en las tiendas, y aparentemente un mundo de felicidad... irreal. Esas calles, con fachadas engalanadas por fuera y música de ambiente encierran en sus interior, en sus patios de luces auténticas miserias. Voces insultantes, desgarrados gritos de desesperanza, ratas hambrientas, maderas apolilladas y podres, humedad negra y añeja. Eso es lo que no se ve en la foto.
Un mundo irreal lleno de materia, casi todo fabricado en China. Felicidad incierta, dudosa y hasta sospechosa.
"¡Hola! ¿Qué tal estás? ¿Bien, eh?" Ya te dicen de antemano lo que tienes que contestar, porque no se te ocurra decir que te encuentras mal, que a pesar de tanta gente, te sientes sola o solo, porque estonces la huida del otro o la otra se acelera. El corazón, para bombear, los sentimientos para ocultar y ... felicidad regalada de forma altruista, que no cuesta nada desearla, así que ¡Feliz Año 2007!

No hay comentarios: