lunes, 25 de diciembre de 2006

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS

Celebrar la Navidad se ha convertido en una tradición cuyo origen religioso se sigue manteniendo sólo en algunos sectores de la población, el de los cristianos. Pero cualquiera puede celebrarla a su manera en la más absoluta libertad. Yo no puedo ir a la ópera pero sí puedo celebrar la Navidad. En el hipermercado busqué una caja de langostinos, 8,50€, unas brochetas de sepia (4,60), un buey de mar (3,90 €) , el vino blanco, tinto y cava me lo regaló un cliente y amigo al que aprecio desde hace muchos años. Los polvorones de Estepa que tanto le gustan a mi hijo, 1 € una bolsa. Delante de mí, en la caja éstaban una señora de unos 50 y su hija, quizás de 30 años, no sé porque calculo muy mal, sobre todo en personas cuyo origen americano me despista. La señora miraba espectante la ventana del importe que iba marcando la caja, como preguntándose si le iba a llegar el dinero o tendría que pasar la vergüenza de tener que devolver algo (esa impresión la conozco, es idependiente de razas y culturas). En la bolsa iba guardando las patatas, dos bandejas de champiñones, una lata de maíz dulce, una tarrina de margarina y pocas cosas más. Pagaron poco dinero pero por la forma de sacarlo de la cartera tuve la impresión de que para ellas era mucho. Esa noche, buena, seguro que celebraron una fiesta por todo lo alto, con sus papas y maíz, igual no tenían marisco, ni cava ni percebes, igual tenían sidra, turrón del baratillo, peladillas y ... estoy casi seguro de que bendecieron la mesa y dieron gracias a algún dios por permitirles tener unos buenos alimentos, un techo que les protege de la gélida noche de invierno y el poder estar juntos y posiblemente llloraran la ausencia de algún ser querido que ya no está o que está al otro lado del océano.
Hay quien dice que todos los días son Navidad. Es posible. También hay quien va todos los días a la ópera y no lo celebra, incluso se aburre y bosteza. Hay miles de personas que quisieran ir a la ópera y no pueden, pero eso sí, podemos celebrar la Navidad y nos lo pasamos en grande.
Una chica joven, muy guapa, de rasgos orientales me dijo con un acento extraño pero muy agradable: "Feliz Navidad". Y yo me pregunté, si su calendario es distinto y en su cultura la Navidad no existe por qué me desea felicidad. Porque la Navidad es eso, acercamiento entre las gentes de buena voluntad, que hay muchas y de muy diversos colores. ¡Viva la Alianza de Civilizaciones! y ¡viva la Navidad!. Y la Opera, cuando sea de todos, también ¡viva! Mientras tanto, que se la paguen los del frac.

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